Muchas bandas tienen su propio código de actuar o su protocolo. Algo como leyes para evitar que las cosas se salgan de control y que favorezca a todos los integrantes. Por ejemplo, The Beatles acordaron que las canciones serían cantadas por quienes las escribieran (quizá por evitar que el baterista compusiera como en toda banda). Otro ejemplo es que en Foo Fighters, donde antes de cada presentación repasan el concierto completo sin los instrumentos a fin de estar bien acoplados al subir a escena.
Pues bien, lo que pasa en Coldplay en varios aspectos puede ser llamado un trato igualitario. Obviamente acordaron no usar drogas porque esto ensuciaría, según ellos mismos, la pureza del sentimiento que quieren hacer llegar a la gente. También tienen un acuerdo de repartir las ganancias en partes iguales para evitar disputas económicas entre ellos. En el punto donde se encuentra la banda en la actualidad no están como para pelearse por dinero (porque les sobra), pero en un principio esto pudo ser un problema. El dinero ha separado bandas buenas, casi tantas como ha separado el orgullo.
Para evitar que la fama se les suba a la cabeza, adoptaron la política de votar y hacer todo lo que la banda acepte por decisión unánime. De este modo, jamás pelearían y se mantendrían valorados equitativamente entre sí, ya que cada opinión cuenta. Si uno de ellos no está de acuerdo en hacer algo, nadie lo hace.
Siguiendo estos tres principios la banda compone, sale de gira, atiende a las galas y conciertos de beneficencia sin ninguna clase de problemas interpersonales. Son un ejemplo a seguir para muchas bandas en formación, y hasta para algunas famosas y con larga trayectoria (saludos al Guns N’ Roses de 1994).