Desde 1994, la leyenda de "The Dark Side of the Rainbow" ha cautivado a los fanáticos de Pink Floyd y El Mago de Oz, proponiendo la idea de que el icónico álbum "Dark Side of the Moon" fue concebido como la banda sonora no oficial de la clásica película de 1939.
Conocido también como "The Dark Side of Oz", este fenómeno ha proliferado en la era de Internet, alimentando la especulación sobre una conexión intencionada entre el álbum y la película. Rumores sugieren que la experiencia de ver la película de Judy Garland mientras se escucha el álbum de Pink Floyd revela sorprendentes sincronizaciones.
Los entusiastas que han experimentado la amalgama de sonido e imagen destacan momentos en los que la película y el álbum parecen fusionarse de manera inesperada. Un ejemplo frecuentemente citado es cuando Dorothy comienza a correr en la pantalla, coincidiendo con la letra de la banda que entona "no one told you when to run" («nadie te dijo cuándo comenzar a correr»).
A pesar de la fascinación de los seguidores, miembros clave de Pink Floyd han desestimado la existencia de una conexión deliberada. David Gilmour y Nick Mason han negado rotundamente la vinculación, mientras que Roger Waters, con su característico sentido del humor, ha descrito los rumores como simplemente divertidos.
Alan Parsons, productor del aclamado álbum, ha aclarado que la película de El Mago de Oz nunca fue mencionada ni considerada durante la producción de "Dark Side of the Moon". Su afirmación desafía la narrativa del mito y subraya la improbabilidad de que la banda haya planeado una sincronización tan intrincada.
En resumen, "The Dark Side of the Rainbow" persiste como un intrigante fenómeno cultural, donde la imaginación y la coincidencia parecen converger. Aunque las negaciones de los músicos involucrados desestabilizan la teoría, el mito sigue inspirando debates y exploraciones por parte de admiradores que buscan descubrir nuevos matices en la intersección de la música y el cine.