Kevin Parker: componiendo con Ginebra en el vaso y un porro en el alma

Pasadas las 10 a.m., luego de una larga velada de trabajo en Woolsey, el multifacético Kevin Parker, imagen de Tame Impala, tomaba su computadora portátil y el inseparable bajo Vintage Hofner para darse en retirada. Atrás dejó una noche de poemas, marihuana, buenos tragos y un amanecer de incendio.
Miércoles, 8 de abril, 2020
Kevin Parker: componiendo con Ginebra en el vaso y un porro en el alma
Kevin Parker: componiendo con Ginebra en el vaso y un porro en el alma

¿Algo nuevo se descubre en artistas famosos si de ellos se dice que consumen alguna droga, como parte de su forma de vida o haciendo de catalizador de “inspiraciones productivas”? Andando en su estudio en los Estados Unidos a principios de noviembre de 2018, Kevin Parker reconoce que, entre el humo de la marihuana, el retumbar de la batería y algo de vino o Ginebra (ya no recuerda mucho qué tomaba), buscaba “…escapar de la conciencia de lo que estoy haciendo, porque cuando estoy sobrio pienso en la presión”. Cosas de poetas en los que se han reconocido sus mejores creaciones en medio del delirium que les provoca el consumo de ciertas sustancias. Si, además, está de por medio el panorama otoñal de Malibú, la inspiración puede ser total… o fatal, aunque este, de manera afortunada, no es el caso. Con la edad de Cristo ya a cuestas, el de Tame Impala se queja en su anécdota de la excesiva ventisca de la noche, tan fuerte que “Ni siquiera podía salir a fumar porro”. Así no duda al reivindicar el vicio que lo ayuda a dar con “estrategias locas y extrañas para descubrir nuevos sonidos”, asunto clave en quien es reconocida como la persona que compone, interpreta, mezcla y produce gran parte del trabajo musical de la banda de Perth.

Pero amaneció, lo llamó su manager con muestras de preocupación por lo que ocurría en la otra realidad, la de todos. Ah, del lamentable candelero cercano a Los Ángeles (California) el 9 de noviembre, solo le interesaba salvar aquel par de equipos. Luego dirá que “Eso era lo único que me preocupaba perder”. Ya saben… el Ginebra y el porro se hallan en cualquier otro lado.

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