Esta decisión abrió debates entre los periodistas y fanáticos de la banda británica, quienes no entendían la extraña estrategia adoptaba. No faltaron los sesgos ideológicos de periodistas que, de forma eufemística, tildaron a la banda de actuar con “doble rasero” al querer cuestionar un poder del cual ellos mismos se sirven. De cualquier manera, Radiohead siempre ha ido en contra del sentido común, de la alienación constante que promueven las multinacionales con una narrativa engañosa.
Pero no fue solo la abolición de su información en las redes sociales lo que abrió el debate. A esta medida la acompañó un mensaje en tono inquietante: “Quema a la bruja. Sabemos dónde vives”. De repente, muchos lo interpretaron como algo amenazante; otros, como una crítica al dominio de las TIC’s refiriéndose al Gran Hermano. Setenta y dos (72) horas después la trama se reveló, y en las redes aparecieron fragmentos del video Burn the witch, del nuevo álbum A moon shaped pool (2016). El debate en torno a esta estrategia de publicidad sentó bases en las tendencias de la música rock alternativa.
La reflexión sobre la presencia o ausencia de las TIC’s en el contexto del siglo XXI pareciera ilógica para muchos, acostumbrados a “chequear” el día a día de los artistas mediante las redes sociales. Radiohead demostró ser fiel a su práctica y filosofía como crítica a problemas cruciales de la sociedad.