De niño, lo burlaban en la escuela. Esto es un mal muy común en la sociedad. Así que sus padres, al verlo frustrado por estos actos, sometieron al niño Yorke a varias cirugías para corregir esta afección. La medicina actualmente puede ayudar a curar el signo principal de esta enfermedad sin mayores complicaciones, pero en el caso de Thom Yorke, la cosa fue muy diferente.
En una de las operaciones que tuvo de niño, quedó con problemas en uno de sus ojos, ocasionándole ambliopía. La ambliopía es el desmejoro de la capacidad visual, producto de la falta de sensibilidad en la retina. En una operación más reciente, para recuperarse de su parálisis facial, su ojo se vio bastante afectado por la intervención quirúrgica. De manera que tuvo que usar un parche durante un tiempo para no perder totalmente la visibilidad del ojo izquierdo. Producto de su última operación, Yorke quedó con el nervio de la ceja cortado. Por eso, le vemos el párpado de su ojo izquierdo caído.
Sin importar las dificultades, durante su infancia compuso su primera canción a la edad de 7 años, y a los 10 años de edad ya pertenecía a una banda. Podría decirse que su vida musical era muy diferente a su vida social. Recordemos que por su extraña apariencia, de niño, nunca tuvo muchos amigos. Por suerte encontró en el humor un alivio a la baja autoestima que le ocasionaban las críticas de los otros niños.
Se dice que la fortaleza se demuestra cuando, a pesar de las dificultades, uno logra salir adelante. Sin duda alguna el niño y luego adolescente Thom supo dejar atrás una enfermedad que le dejó marcas y secuelas, pero que también, le formaron como el gran músico que es hoy.