Todo pasó el 16 de junio del año 2012. Estaba la banda por presentarse en Toronto, Canadá, para cerrar su gira promocional de su álbum “The King of Limbs”. El staff completo de sonido lo conformaban cerca de 30 personas, y para movilizar todos los amplificadores e instrumentos se necesitó de once camiones de carga. Estos llevaban sus instrumentos musicales, los amplificadores y equipo electrónico y hasta equipo de pantallas y artes visuales.
El equipo y las tarimas estaban ya montadas en el Downsview Park en Toronto. Toneladas de metal y cables dispuestos a trabajar como de costumbre. Ade Bullock, el mánager de la banda, notó un imperfecto en la tarima y le tomó una foto pero pensó “¿qué se yo de ingeniería?”. Todo siguió como usualmente pasaba en cada concierto. Para sorpresa de todos, el techo se vino abajo una hora antes de abrir las puertas, mientras aún se probaba sonido. Así, un techo de 2.270 kilogramos se vino abajo, lastimando a 3 miembros del staff de la banda y matando instantáneamente a Johnson. Cerca de este estruendo estuvo Philip Selway, el baterista de la banda, quien casi queda atrapado en este lamentable siniestro.
Scott Johnson de 33 años muere entonces de forma trágica, dejando atrás su vida como técnico sonidista y probador de batería. A pesar de las demandas de la banda a los responsables del incidente (Live Nation, Optex Staging y Domenic Cugliari), la corte suspendió todos los cargos en contra de ellos. Thom y los demás muchachos vieron este veredicto como un insulto a su amigo y compañero de equipo Scott. Que esto nos sirva de ejemplo al momento de preparar un concierto, de modo que hechos lamentables como este no vuelvan a pasar. Paz a sus restos.