Sin embargo, con la banda de Kevin Parker vienen ocurriendo algunos eventos que llaman la atención por destacar en relación con otras figuras homólogas del espectáculo. Durante su última presentación en Coachela (enero de 2020), lugar donde sustituyeron a Justin Timberlake por las limitaciones temporales en la salud de este, los de Tame Impala, al decir de las palabras que Parker expresó a través de The Times, no solo dejaron de percibir el merecido pago, sino que, antes, tuvieron que hacer una inversión en aspectos claves de su presentación. Kevin refirió que, tanto la promoción como el recital mismo se realizaban “…en partes iguales… Gastamos mucho dinero, contratamos un director creativo… No hicimos nada de dinero… nos lanzamos de cabeza. Creo que nos excedimos” (¡!). ¡Vaya exceso! Eso no lo dijeron los organizadores del famoso festival, ubicados en el terreno de una negociación donde siempre se gana de principio a fin, nunca se empata y menos se pierde.
Pero, lo de ofertar una parte importante de sus creaciones sin esperar mucho a cambio, a lo menos desde un principio no es nuevo en la concepción de Tame Impala sobre el trabajo que hacen, en particular para el líder del grupo. Según algunos, se trataría de una “filosofía de vida” que, en esta banda, muestra sus antecedentes antes y después de Coachela. ¿Cuántos temas de los muchachos de Perth han sido bajados de la Web sin retribución económica alguna, difundidos así por ellos mismos? A ver, “cuéntelos y luego nos cuenta cómo le fue”. ¿Copyright o copyleft?